La cocina mexicana destaca por su variedad de sabores y olores, además de la riqueza de ingredientes. Cuando se habla de preparaciones dulces, las opciones son infinitas, como los famosos borrachitos, las alegrías, los jamoncillos o las cocadas, pero existe un lugar en la mesa de honor para los alfeñiques, además de su importancia en la repostería, los alfeñiques son considerados un fenómeno sincrético, es decir, son un alimento que fusiona las tradiciones y técnicas de la época prehispánica con las de los españoles.
Estos dulces provienen de España; sin embargo, su origen se le atribuye a la región Al-Ándalus (nombre que dieron los musulmanes a la península Ibérica durante la Edad Media), en donde eran llamados al-fanid y se utilizaban para aliviar la tos.
En España, el alfeñique se preparaba a base de azúcar pura de caña, que se cocía hasta obtener una pasta maleable. Esta pasta se moldeaba en diferentes formas, dando lugar a pequeñas obras de arte comestibles. Los alfeñiques se utilizaban tanto como dulces de consumo diario como en ocasiones especiales, como bodas y fiestas religiosas.
Con la llegada de los españoles a México, el alfeñique se convirtió en un elemento clave en las festividades del Día de Muertos. Los maestros alfeñiqueros mexicanos, inspirados por la tradición española, comenzaron a crear calaveras de azúcar decoradas con colores vivos y diseños intrincados. Estas calaveras, conocidas como «calaveritas de azúcar», se convirtieron en un símbolo icónico de esta festividad mexicana.
Hoy en día son dulces miniatura con formas que simulan frutas, verduras o platillos tradicionales, así como calaveras, animales y curiosos muñecos. Pueden ser duros o suaves, y su elaboración depende del estado; no obstante, en su mayoría se preparan con azúcar pura de caña y agua. A partir de estos ingredientes se forma una pasta que se estira con un rodillo en barras, posteriormente se les da forma, ya sea con las manos o utilizando moldes. Finalmente se pintan con colores vegetales y se les agregan detalles valiéndose de brillantina o papel comestible.
En Toluca se encuentra el Museo del Alfeñique que a través de sus cinco salas permanentes podrás aprender sobre la comida mexicana, la historia de los dulces típicos mexicanos y cómo se elaboran. Especialmente del alfeñique y cómo lo preparan en los distintos estados del país. Además, conocerás las salas dedicadas a la tradición del Día de Muertos. También año con año se realiza la Feria del Alfeñique, en esta misma ciudad.
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